Análisis Científico, Trazabilidad e Investigación de Obras de Arte
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Cualquier foco de luz blanca emite, en mayor o menor proporción, cierta fracción de emisión infrarroja (IR). Este tipo de radiación tiene la cualidad de ser absorbida por ciertos materiales muy oscuros, de ser reflejada por los tonos claros y de atravesar finas capas pictóricas coloreadas.
En pintura artística es habitual realizar un dibujo preparatorio al carbón, sobre el soporte imprimado, antes de proceder a la ejecución de las sucesivas capas de color.
La estrategia de la reflectometría IR consiste en iluminar la obra de arte con un foco de luz blanca. Su componente infrarroja atraviesa las capas pictóricas siendo absorbida por el carbón y reflejada por las zonas claras de la imprimación. Esta luz reflejada es captada por una cámara sensible al IR que nos proporciona (a modo de contraste) una imagen del posible dibujo preliminar, así como otros detalles “ocultos” a los ojos del espectador (una cuadrícula, una fecha, una firma, un arrepentimiento…).
